Violentas protestas se registraron las últimas horas en las provincias de Andahuaylas y Chincheros que dejaron como saldo tres manifestantes fallecidos, entre ellos, un menor de 16 años.

En Andahuaylas, las víctimas fueron identificadas como Jonathan Encino Arias Choccepuquio (18), Wilfredo Lizarme Barboza (18) cuyas causas de muerte están por determinarse las próximas horas.

Mientras que el menor de iniciales R.P.M.LL (16) perdió la vida en forma instantánea al ser impactado por una bala durante los enfrentamientos ocurridos en la provincia de Chincheros.

A raíz de estas lamentables pérdidas se elevan a cinco las muertes registradas las últimas horas en la región Apurímac como consecuencia de las protestas sociales.

Desde el fin de semana organizaciones sociales de la región han convocado a un paro regional indefinido exigiendo el cierre del Congreso, convocatoria a nuevas elecciones y la renuncia de la presidenta Dina Boluarte.

En Abancay, desde ayer lunes la totalidad de la población acata un paro regional indefinido. En el primer día de la medida de fuerza donde se movilizaron más de 5 mil ciudadanos, la totalidad de las actividades comerciales, transportes, clases y servicios se encuentran totalmente paralizados.

Los principales accesos a la región Apurímac continuaban bloqueados por piquetes de manifestantes impidiendo la entrada o salida de vehículos tanto a Lima como al Cusco.

También se registraron bloqueos de vías en el sector Puente Cunyac, Curahuasi, Pampatama, Chalhuanca y Cotaruse.

Durante las movilizaciones realizadas en la capital regional, los manifestantes se desplazaron formando grupos para luego concentrarse en la plaza principal donde los dirigentes expresaron sus demandas y exigencias.

VIOLENCIA EN CHINCHEROS

De otro lado, a raíz de los enfrentamientos ocurridos en Chincheros, las sedes de la fiscalía provincial, local judicial y la comisaria sectorial fueron incendiadas por los manifestantes que no dudaron en atacarla a pesar que los policías se encontraban en su interior.

Un efectivo policial cuya identidad no se ha podido determinar fue retenido a la fuerza por los manifestantes recibiendo golpes en diferentes partes del cuerpo. Descalzo y con un polo atado al cuello a manera de correa era obligado a caminar junto a varios individuos que tenían sus rostros cubiertos con trapos para no ser identificados.

Hasta el cierre de la presente edición su paradero era desconocido. 

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