Mientras que EE.UU. ratificó su apoyo al diálogo en el Perú para poder salir de la crisis.

Luego de un buen tiempo, los diversos poderes del país dejaron su actitud pasiva y decidieron contraatacar a los continuos embates diplomáticos de algunas naciones latinoamericanas. Específicamente se tomaron medidas contra Bolivia, específicamente a Evo Morales, por la flagrante y continua intromisión en los asuntos peruanos.

Como un gran paso, el Congreso de Perú declaró ‘persona no grata’ al expresidente boliviano Evo Morales “por sus constantes incitaciones en la política nacional” que, siempre a juicio del Parlamento, buscan “desequilibrar el orden interno del país”.

A través de dicha moción, expresan el “rechazo contundente a las constantes declaraciones públicas de intromisión e injerencia en asuntos que son de la jurisdicción interna del Perú” por parte de Morales.

El pasado 9 de enero, el Gobierno del Perú había prohibido el ingreso al país de Morales y otros ocho ciudadanos bolivianos, a los que acusa de haber efectuado “actividades de índole política proselitistas” que han afectado la “seguridad nacional” del país.

Evo Morales mantuvo una activa presencia en Perú, sobre todo en regiones del sur del país, durante el gobierno de Castillo con el objetivo de incentivar la integración de regiones como Puno al proyecto Runasur, la plataforma internacional de movimientos sociales e indígenas que impulsa.

Apoyo de EE.UU.

Entretanto, el embajador de Estados Unidos en la OEA, Francisco Mora, dijo que apoya un diálogo en Perú y aseguró que el gobierno de la presidenta peruana, Dina Boluarte, está comprometido a encontrar una salida a la crisis que atraviesa el país.

“EE.UU. está comprometido en apoyar al Gobierno peruano, no solo en el diálogo, sino en apoyar y estar seguro que se investiguen” las muertes registradas en las protestas en el país, que llevan ya varias semanas.

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